Luis Ángel Díaz Cornejo acaba de publicar Vórtice y salida, un libro ingenioso en la edición (de Metanoia editores) y en su concepción que, en lugar de apartados o capítulos, tiene estaciones que aluden al Metro de Lima, en donde, sospecho, entre viajes fue concebido.
Conocí a Luis Ángel en una tarde de poesía, cuando presenté un libro de poemas en el bello auditorio al aire libre de la Biblioteca de Lince. He leído sus poemas y su ingenio y descubro en él algunos momentos bien logrados y versos con cadencia propia:
A veces soledad
Es ese sabor a silencio,
la terrible indecisión de no saber
adónde ir. (Pg. 35)
El autor escribe poemas a cara y contracara, redactando en las páginas unas llamadas ingeniosas:
Se llama esperanza
y vuelve a inventar la alegría,
pinta una vez más la visión (Pg. 66)
Siempre es grato, en esta tierra, la nuestra, de poetas, descubrir como se sigue sembrando poesía.
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