Todo relato tiene un tiempo y puede corresponder a un género. Si voy al tiempo pasado, como ha ocurrido con dos de mis novelas (año 1635, La fuga de San Pedro y Leonardo Saragoza cruza el tiempo oscuro) se trata de una novela histórica. Pero algunos de mis relatos son urbanos (mis novelas las he situado en Lima, Callao, Barranco, Arequipa, Guayaquil, etc.) y pueden corresponder a historias de los sesentas, setentas… Entonces se trata de novelas urbanas situadas en el tiempo.
Para recrear una historia no basta anclarla en el tiempo, porque toda época tiene sus características, por lo que es necesario listar los elementos que utilizaré. No es tarea fácil. Ambientar en el tiempo mis novelas históricas me tomó diez años, por eso generalmente armo trilogías para dominar una época y que mi trabajo de escritor no resulte agobiante. Es decir, uso esos datos como insumos.
Recrear el tiempo requiere de mucha paciencia y puede resultar en el éxito o el fracaso de una novela. Mi primera novela histórica tenía mil páginas, imposible de publicar en el Perú, porque serían tres tomos. Entonces la he fraccionado: La fuga de San Pedro la publicó Alfaguara y fue tomada en el Plan lector por algunos centros educativos secundarios y universitarios, lo que agradezco. la segunda, que no es continuación de personajes, sino del tiempo histórico, la de Leonardo Zaragoza, ha sido publicada por Rubican, de mi exalumna y ahora gran amiga, Eleana Arzubiaga y tengo una tercera que publicaré en algún momento y que está en proceso de corrección de estilo.
De modo que si deseas escribir historias, debes tener en cuenta el tiempo, la época.
0 comentarios