Hoy vamos a referirnos al cambio climático que ha acelerado el calentamiento global. Las grandes potencias saben hace mucho tiempo que las emisiones de gases de efecto invernadero envuelven la atmósfera terrestre y retienen el calor del sol. Y aunque parezca reiterativo esto es lo que causa que nuestro planeta se esté calentando a un ritmo acelerado. La solución, la respuesta, está a la mano, a tiro de honda: cambiar nuestra forma de producir energía, usar fuentes renovables como la energía eólica, la energía solar. Pero no se trata solo de esto.
Las ciudades, tal y cómo han sido concebidas, consumen casi el 80 por ciento de la energía mundial y producen más del 60 por ciento de las emisiones de gases productores del efecto invernadero. Veamos la desproporción: estas ciudades abarcan poco más del uno por ciento de la superficie terrestre. Es decir, la planificación urbana no existe y nuestra especie sigue creciendo en forma desordenada, urbanizando el planeta y depredando las áreas naturales, contaminando el mar, contaminando el aire.
En el Océano Atlántico, las tormentas son cada vez más potentes, los períodos de sequía se están volviendo cada vez más intensos, el nivel de los océanos está aumentado año a año, las especies están desapareciendo a un ritmo acelerado y se habla ya de una nueva extinción masiva. Se viene también una marcha del campo a la ciudad y, por tanto, de escasez de alimentos, de agua, porque la masividad de las ciudades implica más riesgos para la salud, y las pandemias no esperarán cien años, las tenemos a la vuelta de la esquina.
El homo sapiens parece no ser tan sapiens.
0 comentarios