muros virtuales

Hace ya varias décadas, Edmund Carpenter y Marshall McLuhan escribieron El aula sin muros, texto en el que lanzaron la predicción de que la Internet y las computadoras abrirían una nueva época porque la vieja escuela -la encerrada entre muros-, quedaría obsoleta y sería innovada por la nueva escuela de la virtualidad. No ha ocurrido así.

El servicio que los sistemas le han prestado a la educación escolarizada es solamente auxiliar, con programas que facilitan la enseñanza y permiten guardarse en archivos para usarse una y otra vez. También se han aportado nuevas pizarras consideradas “inteligentes” pero que son más de lo mismo: tecnología sustentada en el aporte de los docentes. Sin el trabajo autónomo del profesor, las computadoras son cerebros vacíos.

Carpenter y McLuhan deslizaron el supuesto de que la escuela tradicional quedaría arrinconada por los sistemas virtuales, pero la vieja escuela ha sabido acomodarse y usar los programas y las innovaciones para remozar el aula. Lo que sí es innegable es que niños y jóvenes pasan más tiempo frente a computadoras y celulares, y hasta es posible que consuman un tiempo considerable frente a estos artefactos, pero no han reemplazado al trabajo educativo que realiza el docente.

También es destacable que esta innovación ha sido un gran negocio para los innovadores, porque para usar este adelanto técnico se requiere adquirir hardware y software y la industria educativa se ha convertido en un objeto más para el consumo. Con la última pandemia del Covid19 se aceleró el negocio vinculado a las computadoras y a los portales para enseñar a distancia. Pero nada más. El trabajo inteligente siguió siendo procesado por los docentes. Incluso creo necesario afirmar que el trabajo virtual ha demandado un mayor esfuerzo, no recompensado institucionalmente, al docente, porque ha debido adquirir computadoras y servicios colaterales para poder trabajar en línea. Lo único que han implementado las empresas educativas son los portales para la virtualidad. Todo lo demás lo puso el profesor.

Sobre la metáfora del aula sin muros creo necesario decir que se han creado nuevos muros, ahora virtuales, porque docentes y estudiantes han trabajado en habitáculos cerrados para seguir trabajando. Un sistema mixto de presencialidad y virtualidad ha quedado abierto, porque algunas asignaturas pueden muy bien desarrollarse a distancia, pero los talleres, las prácticas y el trabajo cara a cara son irremplazables.

Las nuevas exigencias debieran ser reconocidas para el docente: la necesidad de adquirir computadoras y equipos periféricos, cuando no programas y antivirus. Le dejaron al profesor, a su costo y a su posibilidad, innovarse. Siempre es así.

Gabriel Niezen Matos

Escritor y realizador audiovisual.


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Gabriel Niezen Matos

Escritor y realizador audiovisual.

2 comentarios

Maria Isabel Vargas vda. Sanchez-Salazar · 28 de junio de 2023 a las 02:40

Que ahora con el avance de la tecnología, casi todo los estudios se hacen por Internet. Pienso que siempre son y será muy importante la ayuda de un profesional, en este caso
los profesores, que a
pesar de la falta de reconocimiento de los gobiernos,
ellos siempre están prestos a ayudar al alumnado.

Maria Isabel Vargas vda. Sanchez-Salazar · 28 de junio de 2023 a las 02:49

Excelente tu comentario Gabriel. estoy de acuerdo contigo.
Felicitaciones mi querido maestro ,escritor , periodista y amigo.
Deseo que tengas muchos éxitos más, en tu carrera multifacetica profesional .
Un abrazo .

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